Justificando el control machista en la pareja o historia de viernes por la tarde

 Publicado por este autor en el Boletín Compartir de OAR...


 https://romerocuba.org/2018/04/04/boletin-compartir 




La tarde podía haber sido muy tranquila en la consulta habitual para parejas de los viernes solo que esta vez cambiaba el número de personas que entrarían al servicio. Dos de ellos muy jóvenes, una chica y un chico de 19 años mientras que la tercera persona la mamá del joven ya de 46 años era quien llevaría ´´las riendas del asunto´´. El reclamo de la madre-suegra fue certero, necesito que mi hijo deje de controlar a su novia y que esta aprenda a establecer individualidades dentro de la pareja y perciba el control como amenaza a su relación.


Un poco de duda me hacía replantearme el motivo de consulta expuesto. Sería mejor que los jóvenes me contaran sus puntos de vista para lograr organizar las ideas en torno a lo poco común del caso cuando por lo general es un miembro de la pareja quien hacía este tipo de reclamos. La joven que comenzó explicando, consideraba que su suegra exageraba, porque lo del chico era simplemente manifestaciones de amor y cuidado hacia ella, que habían nacido con el pedido básico de poner como nombre del perfil de Facebook la combinación del de ambos y una foto de perfil bien juntos.


Luego de este detalle se hizo común que él seleccionara amigos a estar o irse de sus redes sociales, modos de respuesta, formas de vestir e incluso el constantemente estar conectado diciendo lugar y compañía donde ella se encontraba. Todos estos detalles fueron contados por la chica con la total normalidad de un diálogo casi fraternal y cerrado el asunto con la expresión ´´yo creo que es normal cuando nos amamos´´


Por su parte él aseguró que no le veía nada de malo a lo que hacía, de hecho había aprendido en la calle y de su padre que ´´el ojo del amo engorda al caballo´´ y que de esa forma ella se siente que él la está ´´representando´´. Eso sí, no le gustaba que ella estuviese preguntándole mucho donde estaba y aunque había puesto como nombre de su perfil la combinación del de ambos, su foto era en solitario. Ante la pregunta de si se consideraba celoso la respuesta fue que quizás lo era un poco.


Las claras manifestaciones de control machista en esta pareja joven se ven matizadas por la justificación de las actitudes entre sus miembros a partir de una percepción equivocada del amor y la relación de pareja en sí. Adentrándose un poco en la teoría al respecto desde hace ya unos años algunos autores asumen desde los postulados científicos una concepción sobre el control propuesta por Sánchez (2014) quien señala que cuando se habla de control, se hace referencia al dominio, mando o autoridad, sobre alguno de los miembros que forman la pareja, concepción que además de proponer y delimitar factores incluyentes y relacionales nos permite incluso redimensionarla desde la mirada del machismo como forma de relación desigual de poder en la pareja.


Entonces pudiésemos asumir que en este caso entre ambos miembros de la pareja se dan estas relaciones desiguales de poder caracterizas por el control como expresión del machismo que establece que el dominio, mando o autoridad estará condicionado por la supremacía del hombre, como elemento educado y construido en el sistema de relaciones sociales patriarcales. Cuestión que además instaurada en ella, la lleva a creer y considerar que todo esto es normal y además una profunda muestra de amor.


Una análisis un tanto más integrador y complejo al sistema de relaciones basados en el control específicamente dentro del noviazgo está dado por la adaptación de Stack (2020) a la Rueda de Poder y Control, la cual define mediante ejemplos las diferentes formas que adopta esta manifestación de violencia. Para la autora se entrelazan y generan un conjunto de actitudes que van desde ser posesivo, dominar, minimizar y culpar, intimidar hasta la humillación, la amenaza, el abuso sexual y físico. De esta manera la autora explica como desde que se permiten o aceptan las primeras acciones de control en la relación de pareja la posibilidad que se repitan y recrudezcan son mayores, en un lapsus de tiempo considerablemente más corto, por tanto a mayor tiempo, mayor daño.


Razones sobradas y ejemplos diarios de la vida cotidiana demuestran la normalización de relaciones desiguales de poder en las relaciones humanas y de pareja. La filosofía del poder y el sometimiento gana espacio y cada vez son más los seguidores. Por su parte el mundo tecnológico, las redes sociales como macromundo donde cada quien puede ser protagonista de su propia telenovela es de esos espacios donde el control en la pareja se muestra en muchas de sus aristas. De hecho fue ahí donde comenzaron las primeras manifestaciones del fenómeno en la pareja joven que llegó a consulta. 


A propósito esto Gámez-Guadix, Borrajo  y Calvete (2018) desde Madrid plantean que en las últimas décadas, las tecnologías de la información y la comunicación (TICs), como Internet y los Smartphones, se han convertido en instrumentos habitualmente implicados en el desarrollo, mantenimiento y disolución de relaciones de pareja, además son con frecuencia empleadas como medios para llevar a cabo comportamientos abusivos, principalmente en forma de control psicológico y agresiones psicológicas y verbales. Estas concepciones además de permitir entender que el fenómeno no es exclusivo de la realidad cubana sino que se evidencia incluso dentro de otras sociedades, dejan entrever un peligro subyacente y mayor; dado por la llegada tardía del mundo de la tecnología a nuestra sociedad y por ende menor experiencia en estos asuntos de un público joven consumidor habitual.


El modus operanti del control mediante en redes sociales que se dan hoy en las relaciones de pareja según las propias persona victimas pudiese ser casi un esquema lineal. Conocer amistades, establecer amistades en común, comprobar nivel de comunicación, depurar a partir de la idea del controlador las misma teniendo en cuenta vínculos anteriores (exrelaciones o incluso la identificación de la competencia), posteriormente se pasa a marcar territorio: exigir fotos conjuntas en portadas y perfiles, cambio identificativo del nombre o incluso hasta la sugerencia de cerrar alguna red social o pertenencia a grupo. Los métodos empleados para conseguirlo van desde la sutil manipulación a partir de los afectos o el más cruel de los sometimientos desde la perspectiva de ´´así me gusta que sea y me debes respetar porque soy hombre´´

Por supuesto que aunque muy común esta fórmula no es la única, se puede mencionar también el abuso de la videollamada o la videollamada sorpresa entre otras formas que no se quedan solo en el plano de las redes sociales, por ejemplo también desde las tecnologías se dan casos donde incluso ´´para ayudar y guiarla´´ se activa el GPS desde el teléfono de la pareja y de esa forma se tiene un control de lugares, direcciones y recorridos, casi como si se tratara de la trayectoria de un huracán. En la vida real, esa que trascurre fuera del internet también hay muestras claras de control que pueden ir al unísono de estas del mundo digital.

Controlar el vestuario, las relaciones de amistad, los lugares que se frecuentan o el tiempo son también otras caras de la verdad. Disfrazados de sencilleces como el ¨tímbrame cuando llegues¨ con el posterior demoraste más de lo previsto o la justificación ante ciertos tipos de vestuario para ´´evitar un problema por algún fresco¨ o ´´solo ser yo quien disfrute de ese cuerpecito¨ son realmente las expresiones de las herramientas del controlador para ejercer su poder, claro primeramente de un forma dulce, casi romántica, pero ante la desobediencia no faltará el arranque extremo bajo la consigna ‘tú te lo buscaste´´.


Tanto en estos casos como en el de la pareja de jóvenes llevados a consulta por la mamá del chico, se evidencian elementos que pudiesen ser denominador común a la hora de entender las actitudes de ambas partes. El dominador ampara su falta de confianza, autoestima dañada, carencia de capacidades interpersonales basadas en el respeto en las construcciones machistas que asegura el poder masculino, la necesidad de estar atentos ante la posible infidelidad que denotaría debilidad y sería objeto de burla así como el ´´estar a la viva´´ resultante de la sobrecarga de estereotipos que carga la masculinidad por su construcción hegemónica.


La parte controlada en muchos casos asume los primeros actos de control dentro de la relación como víctima de la construcción romántica del amor. Asume los celos como ejemplo de un espacio significativo en los afectos del otro. De igual forma justifica las actitudes más complejas a partir de la experiencia vivida en relaciones anteriores por la otra persona y se siente culpable ante los reclamos. Es entonces cuando paulatinamente lo disfrutable pasa a un plano incómodo trayendo consigo el poner fin o adaptarse y sufrir también generalizado por un conjunto de fenómenos que van aparejados a la sensación de desamparo, miedo,  sometimiento o esperanza milagrosa de cambio.


Profundizando en las realidades intrínsecas del fenómeno analizado Gámez-Guadix, Borrajo y Calvete (2018) aseguran que los jóvenes podrían ser especialmente vulnerables a una mala interpretación del control en la pareja debido a la visión irreal y distorsionada que tienen del amor, la idea de que “el amor todo lo puede” podría provocar la disminución de disonancia cognitiva y crear la esperanza de que las agresiones desaparecerán. Estas ideas irracionales o mitos incluyen la creencia sobre la existencia de una persona perfecta para cada uno, la creencia de que los celos son una muestra de amor o la creencia en que querer a alguien da derecho a abusar de esa persona por ejemplo controlando todo lo que hace.


En esta forma de violencia como en otras según aseguran Fernández-González, Calvete y Orue (2017) que la violencia offline (fuera de las redes) física y psicológica se ha encontrado sistemáticamente que la perpetración y la victimización tienden a aparecer relacionadas, en otras palabras, la víctima suele ser también agresor, y el agresor tiende a convertirse en víctima con iguales resultados en el mundo online. Es por ello que en una especie de despertar el controlado tanto en redes sociales como fuera de este asume posturas semejantes a las del controlador, en algún momento que no tiene por qué ser tan avanzado dentro de la relación. Son estas actitudes las definidas en términos populares casi justificatorios de ´´tóxicos o tóxicas´´ en las parejas y que además se han vuelto punto clave de chistes, videos y marketing en el mundo de las redes sociales. 

  

Tanto para cualquier pareja como para los jóvenes llevados a consulta de los que hemos hablado hay retos importantes en torno a prevenir y corregir el control como manifestación de violencia en la pareja.  Saber identificar cuando estamos ante actitudes de control pudiese ser un punto de partida.  Pero que hay detrás, como formar personas que sean capaces de establecer relaciones de pareja donde el respeto asegure el camino es la tarea superior. Fomentar los factores protectores que incluyen la autoestima, la empatía, la asertividad y las estrategias de resolución de conflictos adecuadas, desmontar concepciones que sustentan el machismo, desmontar mitos asociados al amor romántico son sin dudas claves de éxito para lograrlo. 


Cambiar posicionamientos, señalar de forma crítica la existencia del fenómeno, aprender a responder de la manera adecuada ante el control son también claves válidas. Ha de ser una tarea articulada desde el hacer y la ciencia, con métodos y estilos novedosos y adaptados a contextos, públicos y condiciones reales. Solo así podremos evitar que en el mañana, la tarde que podía haber sido muy tranquila en la consulta habitual para parejas de los viernes no tenga como protagonista el control en la pareja y se logre elevar como fórmula triunfante el aprendizaje claro de que el control no es amor.


Referencias bibliográficas:

  • Sánchez, C. (2014). El control de la pareja en adolescentes a través de las nuevas tecnologías de la información y de la comunicación (TIC). Tesis en opción a título de Máster en Intervención Criminológica y Victimológica.  Universidad Miguel Hernández. 
  • Stack, I. (2020). Rueda de poder y control en el noviazgo. Domestic Abuse Intervention Project. National Center on Domestic and sexual violence. Texas. EEUU. 
  • Gámez-Guadix, M;  Borrajo, E y Calvete, E. (2018). Abuso, control y violencia en la pareja a través de internet y los Smartphone: características, evaluación y prevención. Papeles del Psicólogo / Psychologist Papers, 2018. Vol. 39(3), pp. 218-227. https://doi.org/10.23923/pap.psicol2018.2874.
  • Fernández-González, L., Calvete, E. y Orue, I. (2017). La escala Acceptance of Dating Violence (ADV): propiedades psicométricas de la versión española. Psicothema, 29(2), 241-246.

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